Más fuerte que el amor y el odio

-¿Cuál es el sentimiento más fuerte?

-El amor-me dijo aquella joven de ojos atolondrados-. 
 La miré con condescendencia.
 

-El odio- dijo con seguridad aquel muchacho con aspiraciones a Casanova.

Le dediqué una media sonrisa. Almenos él ya se había despojado de la inocencia infantil.


-¿Y qué me dicen de la venganza?- dije mirando todas y cada una de los rostros de mis pupilos-No es suficiente odiar sin una finalidad- dije mirando a Casanova- El amor no es capaz de provocar acontecimientos de verdadera relevancia hasta que se corrompe y se convierte en un juego de obsesión y poder- dije mirando a la joven-  Sin embargo, la venganza ya es un sentimiento corrompido y tiene una finalidad: castigar a nuestro verdugo. Cuando nos sentimos ultrajados y humillados, nos convertimos en los títeres de la ira que va creciendo en nuestro interior. Una ira que es capaz de convertirnos en las personas más inteligentes y pacientes que hemos sido nunca.
El odio y el amor son dos jovenzuelos eufóricos, la venganza es una mujer madura que dosifica su fuerza y al mismo tiempo, aviva su llama en cada paso.

Se hizo el silencio.

La juventud es la madre del atrevimiento; aquellos dos jóvenes se miraron con un esbozo de sonrisa escéptica en sus rostros, haciendo de su desacuerdo con un servidor, el nacimiento de su complicidad. El inicio de la tragedia estaba servida.



Comentarios